Sobre mí

Huelva en 1973

Mi pasión por captar la esencia de las personas a través de la pintura de retratos  ha sido una constante en mi vida artística.

Gemma Millares

Carrera profesional

Me formé en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, especializándome en Restauración de Obras de Arte, una profesión que ejerzo con dedicación y respeto desde hace 25 años.

En el año 2000, fundé la empresa Da Vinci Restauro S.L., donde he tenido la oportunidad de trabajar con piezas de arte antiguo junto a mi socia. La restauración de arte me ha enseñado que el proceso creativo es tanto una cuestión de intuición como de reflexión profunda.

Este conocimiento detallado me ha permitido entender mejor cómo las técnicas y los materiales interactúan a lo largo del tiempo, y cómo pueden ser restaurados respetando su integridad original. Entre todos los procedimientos tradicionales, la técnica de pintura al óleo destaca particularmente para mí, ya que su versatilidad y riqueza permiten capturar una gama infinita de matices y texturas. La restauración de obras realizadas en óleo me ha enseñado a valorar la paciencia, la precisión y el respeto por los métodos antiguos, principios que también aplico en mi propia creación artística.

Mis facetas en el mundo del Arte

Encargar retrato pintado

Además de mi labor en la restauración, me dedico con igual pasión a la educación artística. A través de mi proyecto Creativiteka, canalizo mi experiencia y amor por el arte para enseñar a pintar retratos al óleo y otras técnicas. Mis clases están dirigidas a adultos, niños, y también a personas que padecen daño cerebral adquirido. Creo firmemente en el poder del arte como una herramienta de expresión y recuperación, adaptando mis métodos a las necesidades y capacidades de cada uno de mis alumnos. Mi objetivo es que cada estudiante encuentre su propia voz artística, guiándolos con paciencia, empatía y entusiasmo.

Se podría decir que nací con un cuaderno bajo el brazo y un lápiz en la oreja. Desde siempre, el arte ha sido mi forma de ordenar mis pensamientos y expresar lo que las palabras no pueden alcanzar. A través de mis retratos, capturo la esencia de lo que me conmueve, sin buscar significados ocultos; esos los descubro más tarde, al contemplar mis obras.

Durante veinte años, la pintura al óleo permaneció en un segundo plano, pero hoy, mi caballete de madera de haya ha vuelto a casa para quedarse. En ese tiempo, he experimentado con la acuarela, liberando manchas de tinta y color en mis cuadernos de viaje. Estas experiencias me han permitido explorar y liberar mi creatividad, dejándome llevar por el entorno, las tonalidades y mi necesidad de expresión artística.

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