Cómo encargar un retrato pintado a mano: guía completa

Cómo encargar un retrato pintado a mano: guía completa

Encargar retrato pintado

    Encargar un retrato pintado a mano es una experiencia única y personal que puede convertirse en una pieza de arte de un valor incalculable. Un retrato captura la esencia de una persona, un momento especial, o incluso un lugar querido, y lo inmortaliza en una obra de arte tangible. Si estás considerando encargar un retrato, este artículo te guiará paso a paso para asegurarte de que el proceso sea fluido y satisfactorio.

    1. Define el propósito del retrato

    Antes de empezar, es importante que tengas claro el propósito del retrato. ¿Es un regalo para una ocasión especial? ¿Es un recuerdo de un ser querido o una mascota? Definir el propósito te ayudará a comunicar mejor tus expectativas al artista y a seleccionar el estilo adecuado.

    1. Selecciona al artista correcto

    Elegir al artista adecuado es quizás la decisión más crucial. Aquí hay algunos pasos para encontrar el pintor de retratos perfecto:

    • Investiga y explora: Busca portafolios en línea, redes sociales o sitios web especializados en arte. Observa el estilo y la técnica de diferentes artistas para encontrar uno que se alinee con tu visión.
    • Revisa las reseñas y testimonios: Las opiniones de clientes anteriores pueden darte una idea de la profesionalidad y calidad del trabajo del artista.
    • Contacta a varios artistas: No dudes en contactar a varios artistas para discutir tu idea y obtener cotizaciones. Esto también te dará una idea de su disposición para colaborar y su capacidad de entender tus necesidades.

    Encargar retrato pintado
    1. Discute los detalles del proyecto

    Una vez que hayas seleccionado a tu artista, es fundamental discutir todos los detalles antes de empezar:

    • Tamaño del retrato: Define las dimensiones que deseas para la obra.
    • Estilo: Realista, impresionista, abstracto, etc. Asegúrate de que el estilo elegido refleje el propósito del retrato.
    • Materiales: Óleo, acuarela, acrílico, carboncillo, entre otros. Consulta con el artista sobre cuál es el material más adecuado para tu proyecto.
    • Plazo de entrega: Asegúrate de acordar un plazo que funcione tanto para ti como para el artista.
    • Referencia fotográfica: Proporciona fotografías claras y de alta calidad, ya que servirán de base para el retrato.

    Encargar retrato pintado
    1. Establece un presupuesto

    El costo de un retrato pintado a mano puede variar ampliamente según el tamaño, la complejidad y la reputación del artista. Es importante discutir y acordar el precio desde el principio, así como los términos de pago (depósito inicial, pagos intermedios, etc.). Algunos artistas también pueden cobrar por enmarcado, envío o ediciones adicionales, así que asegúrate de preguntar sobre estos detalles.

    1. Revisa el borrador y solicita ajustes

    Antes de que el retrato se finalice, el artista probablemente te mostrará un borrador o boceto. Este es el momento para revisar y solicitar ajustes si es necesario. Comunica cualquier cambio de manera clara y específica para evitar malentendidos.

    1. Aprobación final y envío

    Una vez que estés satisfecho con el trabajo, procederás a la aprobación final. El artista completará los detalles y se preparará para el envío. Si has acordado enmarcado, este es el momento en que se realizará. Asegúrate de que el retrato se embale adecuadamente para evitar daños durante el transporte.

    1. Disfruta de tu retrato pintado a mano

    Finalmente, llega el momento de disfrutar de tu retrato. Encuentra un lugar especial en tu hogar o regálalo a esa persona querida. Un retrato pintado a mano no solo es una obra de arte, sino también una pieza cargada de significados y emociones que puede ser apreciada durante generaciones.

    Si lo deseas, puedes contactarme para ofrecerte mis servicios como retratista. Mi nombre es Gemma Millares

     

     

    La técnica del óleo

    La técnica del óleo

    La técnica del óleo en la pintura de caballete

    La técnica de pintura al óleo es la reina de los procedimientos pictóricos, por diferentes motivos: su brillo, opacidad y versatilidad en la utilización. En este post descubrirás por qué las obras más fascinantes de la Historia del Arte han sido pintadas con óleo. 

    Paleta de óleo

    El fundamento de la pintura al óleo

    La técnica de la pintura al óleo está basada en el uso de aceite secante para aglutinar los pigmentos. El pigmento es el color en polvo, y el aceite secante (o semisecante) puede ser de linaza, de nuez, de adormidera o de cartamo.

    La utilización de este tipo de aceites como medios aglutinantes dotan al óleo de las características de profundidad de color, y facilidad en el manejo por medio del pincel. Permite su empleo con las dos técnicas principales: la opaca y la transparente. Esto permite manipularlo como si fuera acuarela (método húmedo sobre húmedo), capa por capa a modo de veladuras, etc.

    Los colores de la pintura al óleo no varían cuando secan, y esta es la gran ventaja con respecto a otras técnicas, tales como el temple o gouache, o el acrílico. 

    El origen de la técnica al óleo 

    El invento de la pintura al óleo se atribuye a Van Eyck, aunque es bastante anterior. En un tratado alemán llamado «El Manuscrito de Estrasburgo», de la Edad Media, aparecen las instrucciones para la preparación de un aceite secante cocido y decolorado al sol, que sirve para desleir y templar pigmentos. También da instrucciones para la cocción de un barniz de aceite y resina, del cual se añaden tres gotas a cada color. El objetivo es facilitar la manipulación de la pintura, que en aquellos tiempos era al temple.

    En «El Libro del Arte», el célebre tratadista Cennino Cennini, que se centra en las técnicas de temple al huevo, da instrucciones para preparar un aceite secante.

    La utilización de un aceite secante como medio fue primero más habitual en el Norte de Europa que en el Sur. Durante el siglo XV, en Venecia se hizo muy popular la utilización de los colores desleidos en aceite. A principios del siglo XVI, era el medio pictórico más utilizado para la pintura de caballete de toda Italia y en el resto de Europa.

     El método de pintar con óleo

    El método habitual de la pintura al óleo está basado en la superposición de capas, las cuales no pueden aplicarse aleatoriamente. Las capas más grasas han de estar siempre en arriba, es decir, ser aplicadas posteriormente. Puede tratarse de veladuras de colores suavemente diluidos en aceite o medium, empleado para que el pincel se deslice suavemente.

    En el caso de no respetar este orden de capas (denominado graso sobre magro), aparecen agrietamientos provocados por el deslizamiento de las capas a nivel microscópico. Los pintores tenemos en cuenta el cuidado de la técnica para que nuestra obra perdure en el tiempo. Es una cuestión de respeto hacia la creación que sale de nuestras manos, y va a ser contemplada por otros en el futuro.

    Aglutinantes, médiums y diluyentes

    El aglutinante es el vehículo que envuelve las partículas de pigmento. Lo más común es que sea aceite de linaza cocido. El tiempo dilatado de secado se debe a que el proceso de secado no es por evaporación, sino por oxidación. Por eso podemos tocar los empastes, y los colores de la paleta se quedan densos. El aceite de adormidera, por ejemplo, se hizo muy popular en la escuela francesa del siglo XIX, porque su proceso de secado es muy lento. Esto permite la elaboración de húmedo sobre húmedo y la elaboración de pinceladas etéreas de pinturas delicadas como las propias del romanticismo francés.

    El diluyente más común del óleo es la esencia de trementina. También se emplea el alcohol blanco, y el aceite de espliego. Actualmente existen diluyentes white spirit desodorizado, que permiten diluir y limpiar los pinceles sin que huela demasiado el estudio.

    El uso de un médium es un poco controvertido porque antiguamente se hacía indispensable, pero ya no lo es. Los tubos de pintura al óleo que se venden actualmente, contienen todos los aditivos necesarios, que hacen que el medium no sea necesario. El médium es un líquido suele estar compuesto por una parte de aceite, otra de barniz, y secativo de cobalto. La función de este último ingrediente es acelerar el proceso de secado. Estos ingredientes ya los contiene el tubo comercial, y puede desencadenar procesos químicos indeseados en el futuro, tales como amarilleos, craquelados, etc.

    Historia del retrato pictórico

    Historia del retrato pictórico

    El retrato pictórico desde su origen hasta el Renacimiento

    Dama del Unicornio

    «Dama del Unicornio», Rafael Sanzio. 1.506. ©Galería Borguese de Roma

    Origen del retrato pictórico

    La historia del retrato pictórico revela que este es un género artístico fascinante. En él se expresa la necesidad de perdurar en el tiempo, trascender nuestra limitada existencia y mostrar la esencia humana. Entraña un apasionante objeto de estudio, pues concentra en sí la mayoría de las funciones de la pintura.

    El retrato pictórico se desarrolla a lo largo de la historia del Arte, y es un fiel reflejo de la época en la que fue creado. Si observamos atentamente, un retrato nos cuenta la personalidad del personaje, su clase social, y un sinfín de códigos ocultos que hablan del retratado.

    Hay quien piensa que el género del retrato limita las posibilidades creativas del artista, por tener que mantener el parecido del retratado. En mi opinión la pintura de retratos no consiste en copiar, sino en reinterpretar las formas del modelo. El artista aporta su propia visión y empatía con el personaje. Esta captación nos llega a los espectadores con sensibilidad artística, capaces de aprehender la esencia y mensaje que el artista comunica a través de su proceso artístico de creación.

    La leyenda del origen del retrato pintado

    Plinio el Viejo relata en su Historia Natural la leyenda sobre el origen del retrato, contándonos cómo Kora, la hija del célebre alfarero griego Butades Sicyonius (siglo VI a.c.), debía despedirse de su amado antes de partir hacia la guerra. La sombra el joven se proyectaba en una pared a la puesta de sol, y Kora, manchándose su dedo de barro, trazó la silueta del perfil de su amado. Esta leyenda expresa cómo el género del retrato pictórico preserva la memoria de la persona. No sólo representa la apariencia externa de la persona, sino también cómo desea ser recordada.

    Jean Baptiste Regnault

    El origen de la pintura: Jean Baptiste Regnault. 1.786. Palacio de Versalles. Imagen extraída de wikipedia

    El retrato pictórico en época romana

    Este breve repaso por la historia del retrato pictórico se basa en únicamente en el arte bidimensional. De épocas antiguas sólo han pervivido las esculturas y la numismática, porque el arte pictórico es más frágil que el escultórico. Apenas nos han llegado testimonios de pinturas de retratos. El motivo han sido los problemas de conservación que existen en las pinturas.

    El soporte de madera es muy sensible a deterioros como la humedad, los insectos xilófagos, etc. Las pinturas de El Fayum, del S. I al IV d.c., son los retratos más antiguos que han llegado hasta nuestros días. Se encontraban insertados en la envoltura de las momias de los personajes, con la finalidad de permanecer con el cuerpo en su viaje a la eternidad. Están pintados sobre tabla o marfil, con colores de cera y resina (encáustica) o con temple.

    Un molde no es un retrato

    En época romana se realizaban máscaras de cera para extraer el molde del rostro de los difuntos. Ese tipo de retrato, meramente fisionómico, no incorpora virtuosismo artístico ni expresión psicológica del personaje.

    Retrato de joven. Arte copto de El Fayum. S.I al IV d.c.

    La pintura de retratos en la Edad Media

    En la baja Edad Media ya se atisba cómo la burguesía comienza a ser uno de los clientes principales de los artistas. En el siglo XIII, por ejemplo, la floreciente clase burguesa reivindica retratos realistas, especialmente en Borgoña y Francia.

    El retrato pictórico en el Renacimiento

    La época del Renacimiento es clave en la Historia del Arte del retrato, pues se asentó el encargo privado, asumiendo un importante papel en la sociedad. Los cuadros se valoran como objeto material, y el retrato pictórico adquiere valor significativo como representación de estatus y éxito social.

    El pensamiento humanista se interesa por las culturas de la Antigua Grecia y Roma, así como por el mundo de la Naturaleza.  Se difundían e intercambiaban pequeños retratos miniados entre las cortes europeas, a menudo con fines matrimoniales.

    Representación de la naturaleza humana

    El interés por la Naturaleza incide en la búsqueda de la representación de la realidad. Uno de los primeros ejemplos de retrato realista lo encontramos en la obra “La Trinidad”, de Masaccio. Se trata de una obra con finalidad religiosa, sufragada por un donante al que Masaccio retrata fielmente, a tamaño natural. En esta historia del retrato pictórico, creo esencial la difusión del uso de insertar retratos de personajes contemporáneos en las escenas pintadas, tanto sacras como profanas. Simonetta Vespucci es un personaje de la época de Botticelli, que el artista utilizó como  modelo en obras como el «Nacimiento de Venus».

    Autorretrato. Alberto Durero

    Autorretrato. Alberto Durero. 1.500. ©Pinacoteca de Munich.

    Nacimiento del autorretrato

    Los primeros autorretratos del arte occidental aparecieron durante el Renacimiento, cuando los artistas se representaban entre la muchedumbre en algunas escenas narrativas.  El teórico del arte Leon Battista Alberti (S.XV) aconsejaba a los artistas retratarse mirando al espectador.

    La época del Renacimiento es esencial en la historia del retrato pictórico, por la propagación de ideas humanistas que influyeron en una nueva autoconciencia en los artistas. Tal es el caso de Alberto Durero, el más grande de los artistas alemanes. Pintó gran número de autorretratos, algo inusual en la época.

    El autorretrato de Durero que se conserva en la pinacoteca de Munich fue pintado en el año 1.500, y es especialmente significativo, porque se representa a sí mismo conforme a la iconografía cristiana de la “verdadera imagen de Cristo”. De esta forma enfatiza el carácter divino de la creación artística. Esta idea se complementa con la alusión a la mano, instrumento del oficio del artista.

    La actividad del Arte aún era considerada una labor mecánica y artesanal. Hubo un esfuerzo por dignificar la profesión de artista, y por dotar a las artes de un estatus de actividad liberal.

    La revolución de las técnicas artísticas en el Renacimiento

    El siglo XV trae consigo el nacimiento de la técnica artística reina de las Bellas Artes: el óleo. El invento del óleo marca un punto de inflexión en la historia del retrato pictórico. Se atribuye a los pintores flamentos, y se basa en la adición de aceite como aglutinante. Hasta aquella época la técnica común era el temple, que podía ser magro o graso. La diferencia estaba en que al graso se le añadía una pequeña proporción de aceite para emulsionar la yema de huevo. El óleo potencia los matices cromáticos, y los colores lucen por tanto en todo su esplendor. Permite el trabajo artístico mediante veladuras, es decir, capas de transparencia de colores disueltos que transforman visualmente la capa de abajo. En futuros post expondré en profundidad los secretos de las técnicas artísticas, para ejemplificar la importancia de las innovaciones técnicas en el desarrollo de la representación pictórica.

    La técnica del óleo permite pinceladas más suaves y finas que el temple. El soporte utilizado en el S.XV es la tabla de madera, a la cual se aplica una imprimación que cumple la función de alisar la superficie, y favorecer la reflexión de la luz sobre los colores. El aglutinante a base de óleo, al ser aceitoso favorece el deslizamiento del pincel, y pintar detalles elaborados, tales como joyas, indumentaria, texturas de irregularidades en la piel del personaje, etc. La técnica del óleo se basa en el secado lento, por la oxidación del aceite, lo cual permite mucho tiempo de trabajo, y la minuciosidad en los detalles mencionados.

    La difusión de las nuevas técnicas artísticas

    En el siglo XV fueron los artistas del Norte de Europa quienes marcaron el camino en el estilo realista del retrato pictórico. Su detalle y  realismo son la consecuencia de la entrada en escena del óleo. El máximo exponente en los inicios del óleo en la historia del retrato pictórico es Jan van Eyck. En el año 1.434 pintó su obra más importante, El Matrimonio Arnolfini, que representa a una pareja de cuerpo entero,  con una rica gama cromática, repleta de texturas y detalles. Este cuadro está repleto de elementos simbólicos, y merece un post en exclusiva.

    La técnica del óleo se difunde hacia Italia gracias a artistas que se formaron en el Norte de Europa, como fue el caso de Antonello da Messina. La gran aportación de los artistas italianos fue la utilización del lienzo como soporte. El tejido de lienzo es más flexible que la madera, y por tanto craquela menos. Conserva mejor el pigmento y necesita menos imprimación que la pintura sobre tabla. La técnica del óleo sobre lienzo permite pintar sobre formatos más grandes porque pesa menos, y su importancia en el transporte de obras de arte fue clave en la difusión de la cultura. 

    Retrato del Matrimonio Arnolfini, 1.434,  National Gallery de Londres

    «Retrato del Matrimonio Arnolfini», 1.434, Jan van Eyck. Óleo sobre tabla. National Gallery de Londres©

    La composición en los nuevos modos de mirar

    Los artistas de Flandes, Holanda y Alemania ampliaron la visión del retrato, incorporando la composición de medio perfil. Esto permite que el retratado mire al espectador, y la elaboración pictórica de las pupilas aumenten la expresión del rostro. Estos muchos casos se incorporan los brazos con las manos de los retratados, permitiendo organizar composiciones más complejas.

    El gusto de la clientela siempre ha condicionado la evolución de las formas en la Historia del Arte. La nobleza demandaba representaciones realistas de ellos mismos. El desafío de crear vistas de cuerpo entero o tres cuartos estimularon la experimentación y la innovación. 

    Dibujo versus color

    En el S.XVI los círculos artísticos ya comienzan a debatir el eterno dilema sobre si el dibujo es más importante que el color. La dualidad dibujo/color permanecerá viva a lo largo de toda la Historia del Arte, y en Italia se ejemplifica entre la escuela florentina (dibujo) y la escuela veneciana (color).

    Rafael basa su arte en el dibujo, en el estilo pictórico apoyado en la línea. En su obra el sentido de la belleza y de la serenidad fluyen espontáneamente. La línea establece las formas pictóricas, influyendo en artistas posteriores, como Guido Reni, Annibale Carracci y los artistas académicos. Los encargos papales acrecentaron la fama y el prestigio de Rafael, que recibió numerosas peticiones de cardenales y nobles. Sus retratos son un reflejo de la evolución del artista, porque comienza a representar los rasgos como indicadores de la interioridad de la persona, más allá de la preocupación por la afirmación del rango social. La presencia de la figura se hace más certera y consciente.

    El Cardenal. Rafael Sanzio

    El Cardenal. Rafael Sanzio ©Museo del Prado

    Tiziano es el máximo exponente de la escuela veneciana, caracterizada por el uso del color. Este trabajo artístico se basa en la factura en torno a planos limpios que modulan la figura. La pintura estructurada mediante planos de color hace uso de una pincelada suelta, fresca, y con modulaciones cromáticas que permiten disfrutar del placer del color. La escuela veneciana generará gran influencia en corrientes artísticas que se desarrollarán en el siglo XVII, en artistas como Caravaggio, Rubens, Velázquez, así como siglos posteriores.

    Retrato pintado al óleo

    «Retrato de hombre», Tiziano. 1.510. ©National Gallery de Londres.

    La Reforma luterana y el retrato

    La Reforma luterana supuso una enorme conmoción para el mundo del arte. Muchos protestantes consideraron que los cuadros y estatuas de santos eran signo de idolatría.  Los pintores del Norte de Europa perdieron su principal fuente de ingresos, la pintura religiosa. Los efectos de esta crisis se dieron por ejemplo en la carrera del alemán Hans Holbein.

    Holbein se traslada a Inglaterra en el año 1.526, con una carta de recomendación de Erasmo de Rotterdam, que le pone en contacto con el erudito Tomás Moro. Uno de los primeros encargos de Holbein fue una serie de retratos para la familia Moro, que se conservan en el Castillo de Windsor. Holbein establece su residencia en la Corte del rey Enrique VIII, como pintor de cámara. Este título le permitió vivir y consagrarse a la pintura. La manera de colocar la figura en el cuadro, está perfectamente equilibrada y pensada, no dejando nada al azar. Le da un aire muy natural, rebosante del espíritu y la personalidad del modelo.

    Retrato Enrique VIII Holbein Museo Thyssen

    «Retrato de Enrique VIII», Hans Holbein. 1.532. ©Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid

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